Por primera vez una Infanta del Reino de España declara delante de un juez como imputada por presunto delito de fraude fiscal y blanqueo de capital (¡toma ya!...¡Ahí es nada!...).
El juez Castro tiene el valor de llamarla a declarar y que nadie dude que La Casa se la tiene jurada porque es una mancha histórica para la Corona.
La declaración paso a paso de la Infanta en este enlace.
La Infanta no hará el paseillo como hizo su marido. Bajará en coche hasta la puerta y de ahí irá al juzgado acompañada por Miquel Roca (uno de los padres de la Constitución para acoquinar más al juez), Pau Molins y Jesus Silva que pasan la noche en Palma e irán a buscar a la Infanta al aeropuerto en un coche conducido por un efectivo de la policía que tiene la orden de bajar el coche hasta abajo (¡¡¡ooooooh!!!).
¡Ojo! La Infanta lleva en Barcelona una semana con su marido y abogados "estudiando" cómo ha de contestar la estrategia a seguir ante el juez.
El balcón encima de la cafetería de los juzgados ya está tomado por la prensa.
Los periodistas monárquicos aducen que a la Infanta le hubiera gustado bajar la rampa como a su marido
El tiempo que la Infanta esté declarando dependerá de las preguntas que le haga el Santo Juez, de su defensa, del fiscal y el representante de la abogacía del Estado....pero NO responderá a ninguna de las preguntas de la acusación particular Manos Límpias, Foro Cívico Julio Anguita por estrategia de la defensa.
Digamos que la Infanta tiene intención de colaborar con la justicia y con el Ministerio Público, pero pasa olímpicamente de dar protagonismo a nadie que no sea cercano a la Corona.
Se han acreditado más de 300 periodistas, televisiones... con lo que la imagen de una hija del Rey bajando a un juzgado como acusada manchará la imagen de la Monarquía y la "Marca España".
¿Existe alguna estrategia para después de la declaración de la Infanta que reconduzca la imagen de la Familia Real y la Corona?
La maquinaria del Estado se ha puesto en marcha para que después de la declaración de los técnicos de Hacienda y la agencia tributaria, la Infanta quede aislada del Caso Nóos
y quede como cuestión relativa a Undargarin.
La intención es arrinconar a la prensa, no dejarla acercarse y que la imagen visible de la Infanta bajando del coche ante el juzgado sea captada de forma fugaz porque es la hija del Rey, no una ciudadana común.
La Casa piensa que mañana concluye un proceso y que en unos días el santo juez Castro la desimputará, acabe la frase de instrucción, se aclare su posición en el caso y empiece la fase procesal. Es decir, separar a la Infanta para que el proceso se centre en su marido (yerno del Rey).
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