Origen del amor Explicación científica

El biólogo Dr. Larry Young, Yerkes National Primate Research Center at Emory University in Atlanta, abre un camino en la investigación para entender de forma científica el sentimiento del amor.

La investigación consiste en ver que rol han jugado los virus en la evolución de esa emoción.

Young se basa en el comportamiento más primitivo: el sexo. El cerebro se ha especializado en enviar señales placenteras para que esa sensación se desee repetir, ya que es el responsable de la procreación y una de las características de la evolución.

¿Cómo?

Con el sexo, el cerebro libera tres hormonas básicas que unen a la pareja:

1-. Libera Dopamina: genera sentimientos de placer y euforia.

2-. Oxitocina 3-. Vasopresina: ambas aumentan nuestra percepción sensorial haciendo que relacionemos el placer que provoca la dopamina con la pareja.

Parece ser que el cóctel químico de tres hormonas (dopamina, oxitocina, vasopresina) es la base de las relaciones y el amor.

Buscando pruebas

El Dr. Young se centró en estudiar los mamíferos. Actualmente existen más de 4.500 especies de mamíferos clasificadas; sólo un 5% de ellos establecen vínculos de por vida como las nutrias, los chacales o los castores.

El problema es que la mayoría de mamíferos monógamos son demasiado grandes o tienen un hábitat demasiado localizado para permitir ser estudiados en un laboratorio.

Curiosamente se encontró en el ratón de pradera características comunes con el ser humano:
- Establece vínculos duraderos.
- Participa en la educación de las crías.
- Protege a la hembra.
Además, liberan el mismo cóctel químico que en los humanos. Sólo aquellos de comportamiento monógamo tenían el cerebro suficientemente desarrollado en cuanto a receptores para absorber las sustancias químicas.

**Las hormonas oxitocina y vasopresina sólo actúan si se unen a un receptor.

Se descubrió que los ratones más promiscuos tenían menos receptores y se les inyectó un virus que se encargara de dar la orden al cerebro de producir más.

(Escáneres posteriores indicaron el éxito de la prueba).

Resultados

Se comprobó en un conjunto numeroso de ratones que en principio eran promiscuos, que después de inyectarles el virus volvían una y otra vez con la hembra con la que en primer término se habían apareado. Aunque se aumentara el número de hembras a elegir, el ratón siempre volvía con la misma.

Conclusión

El Dr. Young concluye que en un momento de la evolución un virus se incorporó variando el comportamiento, convirtiéndose en responsable de las relaciones sociales, monogamia y de lo que conocemos como amor.

Fuente: Documental especial de National Geographic "Virus, el origen".

Si la culpa es de un virus, por fin cobra sentido la frase: "Estar enfermo de amor".